San Mateo 9:22-36 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

22. Jesús se dio vuelta, vio a la mujer y le dijo: «Ya no te preocupes, tu confianza en Dios te ha sanado.»Y desde ese momento la mujer quedó sana.

23. Jesús siguió su camino hasta la casa del jefe judío. Cuando llegó, vio a los músicos preparados para el entierro, y a mucha gente llorando a gritos.

24. Jesús les dijo: «Salgan de aquí. La niña no está muerta, sino dormida.»La gente se rió de Jesús.

25. Pero una vez que sacaron a todos, Jesús entró, tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.

26. Todos en esa región supieron lo que había pasado.

27. Cuando Jesús salió de allí, dos ciegos lo siguieron y comenzaron a gritarle:—¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros!

28. Los ciegos siguieron a Jesús hasta la casa. Y cuando ya estaban adentro, Jesús les preguntó:—¿Creen ustedes que puedo sanarlos?Ellos respondieron:—Sí, Señor; lo creemos.

29. Entonces Jesús les tocó los ojos y dijo:—Por haber confiado en mí, serán sanados.

30. De inmediato, los ciegos pudieron volver a ver. Pero Jesús les ordenó:—No le cuenten a nadie lo que pasó.

31. Sin embargo, ellos salieron y le contaron a toda la gente de aquella región lo que Jesús había hecho.

32. Después de que aquellos hombres salieron de la casa, unas personas le trajeron a Jesús un hombre que no podía hablar porque tenía un demonio.

33. Cuando Jesús expulsó al demonio, el hombre pudo hablar. La gente que estaba allí se quedó asombrada, y decía: «¡Nunca se había visto algo así en Israel!»

34. Pero los fariseos decían: «Si Jesús expulsa a los demonios, es porque el jefe mismo de todos los demonios le da ese poder.»

35. Jesús recorría todos los pueblos y las ciudades. Enseñaba en las sinagogas, anunciaba las buenas noticias del reino de Dios, y sanaba a la gente que sufría de dolores y de enfermedades.

36. Y al ver la gran cantidad de gente que lo seguía, Jesús sintió mucha compasión, porque vio que era gente confundida, que no tenía quien la defendiera. ¡Parecían un rebaño de ovejas sin pastor!

San Mateo 9