San Mateo 8:5-12 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

5. En cierta ocasión, Jesús fue al pueblo de Cafarnaúm. Allí, se le acercó un capitán del ejército romano

6. y le dijo:—Señor Jesús, mi sirviente está enfermo en casa. Tiene fuertes dolores y no puede moverse.

7. Entonces Jesús le dijo:—Iré a sanarlo.

8. Pero el capitán respondió:—Señor Jesús, yo no merezco que entre usted en mi casa. Basta con que ordene desde aquí que mi sirviente se sane y él quedará sano.

9. Porque yo sé lo que es dar órdenes y lo que es obedecer. Si yo le ordeno a uno de mis soldados que vaya a algún sitio, ese soldado va. Si a otro le ordeno que venga, él viene; y si mando a mi sirviente que haga algo, lo hace.

10. Jesús se quedó admirado al escuchar la respuesta del capitán. Entonces le dijo a la gente que lo seguía:—¡Les aseguro que, en todo Israel, nunca había conocido a alguien que confiara tanto en mí como este extranjero!

11. Oigan bien esto: De todas partes del mundo vendrá gente que confía en Dios como confía este hombre. Esa gente participará en la gran cena que Dios dará en su reino. Se sentará a la mesa con sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

12. Pero los que habían sido invitados primero a participar en el reino de Dios, serán echados fuera, a la oscuridad. Allí llorarán de dolor y les rechinarán de terror los dientes.

San Mateo 8