8. “Este pueblo dice que me obedece,pero en verdad nunca piensa en mí.
9. De nada sirve que ustedes me alaben,pues inventan reglasy luego las enseñandiciendo que yo las ordené.”
10. Jesús llamó a la gente y le dijo:—Escuchen y entiendan bien:
11. Lo que los hace impuros delante de Dios no es la comida que entra por su boca. Lo que los hace impuros son los insultos y las malas palabras que dicen.
12. Entonces los discípulos de Jesús se acercaron y le dijeron:—A los fariseos no les gustó lo que dijiste.
13. Jesús respondió:—Mi Padre tratará a los fariseos como trata el jardinero a las plantas que no ha sembrado: las arranca de raíz y las echa fuera.
14. No hagan caso de los fariseos: son como el ciego que guía a otro ciego, y si un ciego guía a otro, los dos terminan cayéndose en una zanja.
15. Pedro preguntó:—Explícanos qué quisiste decir cuando hablaste de lo que nos hace impuros delante de Dios.
16. Jesús respondió:—¿Tampoco ustedes entienden?
17. Todo lo que comemos o bebemos va al estómago, y después el cuerpo lo expulsa.
21. Jesús se fue de allí a la región de Tiro y de Sidón.
22. Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos:—¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!
23. Jesús no le hizo caso. Pero los discípulos se acercaron a él y le rogaron:—Atiende a esa mujer, pues viene gritando detrás de nosotros.
24. Jesús respondió:—Dios me envió para ayudar sólo a los israelitas, pues ellos son para mí como ovejas perdidas.
25. Pero la mujer se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo:—¡Señor, ayúdame!
26. Jesús le dijo:—No está bien quitarles la comida a los hijos para echársela a los perros.
27. La mujer le respondió:—¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.