3-4. Tiempo atrás, Juan el Bautista le había dicho a Herodes: «¡Lo que has hecho no está bien! Herodías es la esposa de tu hermano Filipo, y tú se la quitaste para casarte con ella».Entonces Herodes se enojó contra Juan, y ordenó que lo arrestaran, lo encadenaran y lo pusieran en la cárcel.
23. Cuando toda la gente se había ido, Jesús subió solo a un cerro para orar. Allí estuvo orando hasta que anocheció.
24. Mientras tanto, la barca ya se había alejado bastante de la orilla; navegaba contra el viento y las olas la golpeaban con mucha fuerza.
25. Todavía estaba oscuro cuando Jesús se acercó a la barca. Iba caminando sobre el agua.
26. Los discípulos lo vieron, pero no lo reconocieron. Llenos de miedo, gritaron:—¡Un fantasma! ¡Un fantasma!
27. Enseguida Jesús les dijo:—¡Cálmense! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!
28. Entonces Pedro le respondió:—Señor, si realmente eres tú, ordena que yo camine también sobre el agua y vaya hasta donde tú estás.
29. Y Jesús le dijo:—¡Ven!De inmediato Pedro bajó de la barca. Caminó sobre el agua y fue hacia Jesús.
30. Pero cuando sintió la fuerza del viento, tuvo miedo. Allí mismo empezó a hundirse, y gritó:—¡Señor, sálvame!
31. Entonces Jesús extendió su brazo, agarró a Pedro y le dijo:—Pedro, tú confías muy poco en mí. ¿Por qué dudaste?
32. En cuanto los dos subieron a la barca, el viento dejó de soplar.
33. Todos los que estaban en la barca se arrodillaron ante Jesús y le dijeron:—¡Es verdad, tú eres el Hijo de Dios!
34. Jesús y sus discípulos cruzaron el lago hasta llegar al pueblo de Genesaret.
35. Cuando los del pueblo reconocieron a Jesús, dieron aviso por toda la región. Entonces la gente llevó a los enfermos a donde estaba Jesús,
36. y le rogaban que al menos los dejara tocar el borde de su manto. ¡Y todos los enfermos que tocaron el manto de Jesús quedaron sanos!