20. »Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que escuchan el mensaje y lo aceptan. Esas personas cambian su vida y hacen lo bueno. Son como las semillas que produjeron espigas con treinta, sesenta y hasta cien semillas.»
21. Después de esto, Jesús les dijo:«¿Se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, o debajo de la cama? ¡Claro que no! Se enciende y se pone en un lugar alto, para que alumbre bien.
22. Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a saberse.
23. »Si en verdad tienen oídos, ¡úsenlos!»
24. También les dijo:«¡Presten mucha atención! Dios les dará a ustedes la misma cantidad que ustedes den a los demás, y mucho más todavía.
25. Porque al que tenga algo, se le dará más; pero al que no tenga nada, se le quitará aun lo poquito que tenga.»
26. Jesús también les puso esta otra comparación:«Con el reino de Dios pasa algo parecido a lo que sucede cuando un hombre siembra una semilla en la tierra.
27. No importa si ese hombre está dormido o despierto, o si es de noche o de día; la semilla siempre nace y crece sin que el campesino entienda cómo.
28. La tierra produce primero el tallo, después la espiga, y finalmente las semillas.
29. Y cuando llega el tiempo de la cosecha, el campesino recoge las semillas.»
30. Jesús también dijo:«¿Con qué puede compararse el reino de Dios? ¿A qué se parece?
31. Es como la semilla de mostaza que el campesino siembra en la tierra. A pesar de que es la más pequeña de todas las semillas del mundo,