3. De pronto, llegaron a la casa cuatro personas. Llevaban en una camilla a un hombre que nunca había podido caminar.
4. Como había tanta gente, subieron al techo y abrieron un agujero. Por allí bajaron al enfermo en la camilla donde estaba acostado.
5. Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»
6. Al oír lo que Jesús le dijo al paralítico, unos maestros de la Ley que allí estaban pensaron:
7. «¿Cómo se atreve éste a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Sólo Dios puede perdonar pecados.»
8. Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: «¿Por qué piensan así?
9. Díganme, ¿qué es más fácil? ¿Perdonar a este enfermo, o sanarlo?
25-26. Jesús les respondió:—¿No han leído ustedes en la Biblia lo que hizo el rey David, cuando Abiatar era el jefe de los sacerdotes? David y sus compañeros sufrían gran necesidad y tenían mucha hambre. Entonces David entró en la casa de Dios y comió del pan especial, que sólo a los sacerdotes les estaba permitido comer, y lo compartió con sus compañeros.Además les dijo:
27. —El sábado se hizo para el bien de los seres humanos, y no los seres humanos para el bien del sábado.
28. Yo, el Hijo del hombre, soy quien decide qué puede hacerse y qué no puede hacerse en el día de descanso.