34. Mientras hablaba, una nube bajó y se detuvo encima de todos ellos. Los tres discípulos tuvieron mucho miedo.
35. Luego, desde la nube se oyó una voz que decía: «¡Éste es mi Hijo, el Mesías que yo elegí! Ustedes deben obedecerlo.»
36. Después de oír la voz, los discípulos vieron que Jesús se había quedado solo. Y durante algún tiempo no le contaron a nadie lo que habían visto.
37. Al día siguiente, cuando Jesús y sus tres discípulos bajaron del cerro, mucha gente les salió al encuentro.
38. Un hombre que estaba entre esa gente se acercó y le dijo a Jesús:—Maestro, te ruego que ayudes a mi único hijo.
39. De repente un espíritu lo ataca, y lo hace gritar. También lo hace temblar terriblemente y echar espuma por la boca. Cuando por fin deja de atacarlo, el muchacho queda todo maltratado.
40. Le pedí a tus discípulos que sacaran al espíritu, pero no pudieron.
41. Jesús miró a sus seguidores y les dijo:—¿No pueden hacer nada sin mí? ¿Hasta cuándo voy a tener que soportarlos? Ustedes están confundidos y no confían en Dios.Entonces Jesús le dijo al hombre:—Trae a tu hijo.
42. Cuando el muchacho se estaba acercando, el demonio lo atacó, lo tiró al suelo y lo hizo temblar muy fuerte. Entonces Jesús reprendió al demonio, sanó al muchacho y se lo entregó a su padre.
43. Toda la gente estaba asombrada del gran poder de Dios.Mientras la gente seguía asombrada por todo lo que Jesús hacía, él les dijo a sus discípulos:
44. «Pongan mucha atención en lo que voy a decirles. Yo, el Hijo del hombre, seré entregado a mis enemigos.»
45. Los discípulos no entendieron lo que Jesús decía, pues aún no había llegado el momento de comprenderlo. Además, ellos tuvieron miedo de preguntarle qué había querido decir.
46. En cierta ocasión, los discípulos discutían acerca de cuál de ellos era el más importante de todos.
47. Cuando Jesús se dio cuenta de lo que ellos pensaban, llamó a un niño, lo puso junto a él,