San Lucas 22:40-61 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

40. Cuando llegaron al lugar, Jesús les dijo: «Oren, para que puedan soportar las dificultades que tendrán.»

41. Jesús se alejó un poco de los discípulos, se arrodilló y oró a Dios:

42-44. «Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.»

45. Cuando Jesús terminó de orar, regresó a donde estaban los discípulos y los encontró durmiendo, pues estaban tan tristes que les había dado sueño.

46. Entonces les dijo: «¿Por qué duermen? ¡Levántense y oren, para que puedan soportar las dificultades que tendrán!»

47. Jesús estaba hablando todavía cuando llegó Judas, uno de los doce discípulos. Con él venían muchos hombres. Judas se acercó para besar a Jesús.

48. Pero Jesús le dijo: «¡Judas! ¿Con un beso me traicionas a mí, el Hijo del hombre?»

49. Cuando los discípulos vieron lo que iba a pasar, le dijeron a Jesús:—Señor, ¿los atacamos con la espada?

50. Entonces uno de ellos sacó su espada y le cortó una oreja al sirviente del jefe de los sacerdotes.

51. Pero Jesús dijo:—¡Alto! ¡No peleen!Luego, tocó la oreja del sirviente y lo sanó.

52. Los que habían llegado a arrestar a Jesús eran los sacerdotes principales, los capitanes de la guardia del templo y los líderes del pueblo. Jesús les dijo: «¿Por qué han venido con cuchillos y palos, como si yo fuera un ladrón?

53. Todos los días estuve enseñando en el templo delante de ustedes, y nunca me arrestaron. Pero, bueno, el diablo los controla a ustedes, y él les mandó que lo hicieran ahora, porque es en la oscuridad cuando ustedes actúan.»

54. Los que arrestaron a Jesús lo llevaron al palacio del jefe de los sacerdotes. Pedro los siguió desde lejos.

55. Allí, en medio del patio del palacio, habían encendido una fogata, y se sentaron alrededor de ella. Pedro también se sentó con ellos.

56. En eso, una sirvienta vio a Pedro sentado junto al fuego, y mirándolo fijamente dijo:—Éste también andaba con Jesús.

57. Pedro lo negó:—¡Mujer, yo ni siquiera lo conozco!

58. Al poco rato, un hombre lo vio y dijo:—¡Tú también eres uno de los seguidores de Jesús!Pedro contestó:—¡No, hombre! ¡No lo soy!

59. Como una hora después, otro hombre insistió y dijo:—Estoy seguro de que éste era uno de sus seguidores, pues también es de Galilea.

60. Pedro contestó:—¡Hombre, ni siquiera sé de qué me hablas!No había terminado Pedro de hablar cuando de inmediato el gallo cantó.

61. En ese momento, Jesús se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Hoy, antes de que el gallo cante, vas a decir tres veces que no me conoces.»

San Lucas 22