San Juan 8:6-22 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

6. Ellos le hicieron esa pregunta para ponerle una trampa. Si él respondía mal, podrían acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en el suelo con su dedo.

7. Sin embargo, como no dejaban de hacerle preguntas, Jesús se levantó y les dijo:—Si alguno de ustedes nunca ha pecado, tire la primera piedra.

8. Luego, volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el suelo.

9. Al escuchar a Jesús, todos empezaron a irse, comenzando por los más viejos, hasta que Jesús se quedó solo con la mujer.

10. Entonces Jesús se puso de pie y le dijo:—Mujer, los que te trajeron se han ido. ¡Nadie te ha condenado!

11. Ella le respondió:—Así es, Señor. Nadie me ha condenado.Jesús le dijo:—Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar.

12. Jesús volvió a hablarle a la gente:—Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida.

13. Los fariseos le dijeron:—Tú te estás alabando a ti mismo. ¿Cómo sabremos que dices la verdad?

14. Jesús les respondió:—Aunque hable bien de mí, lo que digo es cierto. Porque yo sé de dónde vine, y a dónde voy; sin embargo, ustedes no lo saben.

15. Ustedes juzgan como todos los demás, pero yo no juzgo a nadie.

16. Si lo hiciera, juzgaría de acuerdo a la verdad, porque no juzgo yo solo. Mi Padre, quien me envió, juzga conmigo.

17. La ley de ustedes dice que, para probar que algo es verdad, son necesarios dos testigos.

18. Pues bien, yo hablo bien de mí mismo; y mi Padre, quien me envió, también habla bien de mí.

19. Entonces le preguntaron:—¿Dónde está tu padre?Jesús les respondió:—Si me conocieran, conocerían a mi Padre. Pero como no me conocen, tampoco a él lo conocen.

20. Jesús dijo todo esto mientras enseñaba en el templo, en el lugar donde se ponen las ofrendas. Pero nadie se lo llevó preso, porque aún no había llegado el momento de que todos supieran quién era él realmente.

21. Jesús habló de nuevo:—Yo me voy, y ustedes me buscarán, pero morirán sin que Dios les haya perdonado sus pecados. A donde yo voy, ustedes no pueden ir.

22. Los jefes judíos dijeron:—¿Estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va?

San Juan 8