1. Jesús continuó diciendo a sus discípulos:«Yo soy la vid verdadera, y Dios mi Padre es el que la cuida.
2. Si una de mis ramas no da uvas, mi Padre la corta; pero limpia las ramas que dan fruto para que den más fruto.
3. Ustedes ya están limpios, gracias al mensaje que les he anunciado.
22-24. »Esa gente no sería culpable por sus pecados si yo no hubiera venido a hablarles, y si delante de ellos no hubiera hecho yo cosas que nadie jamás ha hecho. Pero aun así me odian a mí, y también a mi Padre. Porque el que me odia, también odia a mi Padre.