1. En ese tiempo en que los israelitas no tenían rey, los de la tribu de Dan estaban buscando un lugar donde vivir. De todas las tribus de Israel, Dan era la única a la que todavía no se le había asignado ningún territorio.
2. Por eso los de Dan eligieron de entre sus familias a cinco valientes de Sorá y Estaol, y en secreto los enviaron a explorar el territorio. Cuando llegaron a la zona montañosa de Efraín, pasaron la noche en la casa de Micaías.
3. Estando allí, se dieron cuenta de que el joven sacerdote era de otro lugar, por su manera de hablar, y le preguntaron:—¿Quién te trajo acá? ¿Qué estás haciendo? ¿Para qué viniste?
4. Él les explicó:—Hice un trato con Micaías, y él me paga para que sea yo su sacerdote.
16-17. Los seiscientos soldados de la tribu de Dan se quedaron a la puerta con el sacerdote, mientras que los cinco exploradores entraron en la casa y se llevaron las imágenes y la túnica.
27-28. Los de Dan se fueron a atacar a la ciudad de Lais, llevándose al sacerdote de Micaías y las imágenes que él había hecho. Lais estaba en el valle que pertenecía al pueblo de Bet-rehob, y allí la gente vivía tranquila y confiada, sin sospechar que iban a ser atacados. Sin embargo, los danitas los mataron a todos, y después incendiaron la ciudad. Y como los de Lais no tenían relaciones con nadie, y estaban lejos de su patria, nadie los ayudó. Después los danitas volvieron a edificar la ciudad y se quedaron a vivir allí,