2. Yo fui y compré el calzoncillo, y me lo puse, tal como Dios me lo había ordenado.
3. Entonces Dios volvió a decirme:
4. —Ahora, toma ese mismo calzoncillo y vete al río Éufrates para esconderlo allí, en la grieta de una roca.
5. Yo fui al río Éufrates y lo escondí, tal como Dios me lo había ordenado.
6. Pero tiempo después Dios volvió a decirme:—Jeremías, ve al río Éufrates y busca el calzoncillo que te mandé esconder.
7. Yo fui al río Éufrates, y saqué el calzoncillo del hoyo donde lo había escondido, pero el calzoncillo ya estaba podrido y no servía para nada.
8. Entonces Dios me dijo:
11. Yo quise que toda la gente de Israel y de Judá se ajustara a mi ley, así como el calzoncillo se ajusta a la cintura de quien lo lleva puesto. Sólo así serían mi pueblo, y gozarían de fama y respeto, y la gente los alabaría. ¡Pero no quisieron obedecerme! Te aseguro que así será.
12. »Ahora, Jeremías, dile a mi pueblo: “Todas las vasijas deben llenarse de vino”. Si ellos te dicen que eso ya lo saben,
13. tú les responderás: “Dios me mandó a decirles que él va a emborrachar con vino a todos los que viven en este país. Emborrachará a los reyes que descienden del rey David, a los sacerdotes, a los profetas, y a todos los habitantes de Jerusalén.