10. Entonces pregunté: “Señor Jesús, ¿qué debo hacer?”»El Señor me dijo: “Levántate y entra en la ciudad de Damasco. Allí se te dirá lo que debes hacer.”
11. »Mis amigos me llevaron de la mano a Damasco, porque la luz me había dejado ciego.
12. Allí en Damasco había un hombre llamado Ananías, que amaba a Dios y obedecía la ley de Moisés. La gente de esa ciudad hablaba muy bien de él.
13. Ananías fue a verme y me dijo: “Saulo, amigo, ya has recobrado la vista.”»En ese mismo instante recobré la vista, y pude ver a Ananías.
14. Entonces él me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha elegido para que conozcas sus planes. Él quiere que veas a Jesús, quien es justo, y que oigas su voz.
15. Porque tú le anunciarás a todo el mundo lo que has visto y lo que has oído.
16. Así que, no esperes más; levántate, bautízate y pídele al Señor que perdone tus pecados.”
17. »Cuando regresé a Jerusalén, fui al templo a orar, y allí tuve una visión.
18. Vi al Señor, que me decía: “Vete enseguida de Jerusalén, porque la gente de aquí no creerá lo que digas de mí.”
19. »Yo contesté: “Señor, esta gente sabe que yo iba a todas las sinagogas para atrapar a los que creían en ti. Los llevaba a la cárcel, y los maltrataba mucho.
20. Cuando mataron a Esteban, yo estaba allí, y estuve de acuerdo en que lo mataran, porque hablaba acerca de ti. ¡Hasta cuidé la ropa de los que lo mataron!”