6. Pero Cristo, que es el Hijo de Dios, es obediente y ayuda a este pueblo de Dios, que somos nosotros. Y nosotros somos parte de ese pueblo, si seguimos creyendo firmemente y con alegría en la salvación que recibiremos.
7. Por eso hay que hacer lo que el Espíritu Santo dice:«Si hoy escuchan la voz de Dios,
8. no sean tercos,como aquellos israelitas,que no quisieron obedecerloen el desierto.Ellos quisieron ver hasta dóndesoportaría Dios su desobediencia.»Por eso Dios les dijo:
9. Aunque los traté biendurante cuarenta años,sus antepasadosme pusieron a prueba en el desierto.
10. Entonces me enojé,y les hice verque vivían en el error,pues no obedecían mis mandamientos.
11. Por eso, ya enojado decidí:“No voy a permitirlesentrar en la tierra prometida,donde los habría hecho descansar.”»