25. Los hermanos se sentaron a comer. De pronto vieron que se acercaba un grupo de comerciantes. Eran unos ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos estaban cargados de finos perfumes y hierbas de rico olor, que los ismaelitas pensaban vender en Egipto.
26. Judá entonces les dijo a sus hermanos:«No ganamos nada con matar a nuestro hermano, y luego tener que mentir acerca de su muerte.
27. Nos conviene más vendérselo a estos ismaelitas. Después de todo, José es nuestro hermano; ¡es de nuestra propia familia!»Esta idea les pareció bien,
28. así que cuando los comerciantes pasaron por allí, los hermanos de José lo sacaron del pozo y lo vendieron en veinte monedas de plata. Entonces los comerciantes se lo llevaron a Egipto.
29. Cuando Rubén regresó y vio que José ya no estaba en el pozo, rompió su ropa en señal de tristeza,
30. y luego fue a decirles a sus hermanos: «¡José ya no está en el pozo! Y ahora, ¿qué le voy a decir a mi padre?»
31. Mataron entonces un cabrito, y con la sangre del cabrito mancharon la capa de José.
32. Luego le llevaron la capa a Jacob, y le dijeron:—¡Mira lo que encontramos! Nos parece que es la capa de tu hijo.
33. Jacob la reconoció, y lleno de dolor gritó:—¡Sí, es la capa de mi hijo! ¡Seguramente algún animal feroz lo hizo pedazos y se lo comió!
34. Allí mismo Jacob rompió su ropa en señal de tristeza, se vistió de luto, y durante mucho tiempo lloró por la muerte de su hijo.
35. Todos sus hijos llegaron para consolarlo, pero él no quería que lo consolaran. Más bien, lloraba y decía que quería morirse para estar con José.
36. Cuando los comerciantes llegaron a Egipto, vendieron a José. Lo compró Potifar, que era un oficial del rey de Egipto y capitán de la guardia.