2. Jamor, que era heveo, gobernaba ese territorio. Cuando su hijo Siquem vio a Dina, la tomó por la fuerza y la violó.
3. Sin embargo, se enamoró de ella y trató de ganarse su cariño,
4. así que le dijo a su padre que la pidiera para que fuera su esposa.
5. Jacob supo que Dina había sido violada, pero como sus hijos estaban cuidando el ganado, prefirió esperar a que regresaran.
6. Mientras tanto, Jamor fue a hablar con Jacob.
7. Tan pronto como los hijos de Jacob se enteraron de lo ocurrido, regresaron del campo muy enojados. Consideraban que violar a la hija de Jacob era una ofensa contra la familia, ¡algo que Siquem no debió haber hecho!
8. Sin embargo, Jamor les dijo:—Mi hijo Siquem realmente quiere mucho a la muchacha. Yo les ruego que lo dejen casarse con ella.
9. Háganse parientes nuestros. Así nosotros nos casaremos con sus mujeres y ustedes podrán casarse con las nuestras,
19-20. Y como Siquem era muy respetado entre sus familiares y estaba muy enamorado de Dina, él y su padre se fueron enseguida a hablar con las autoridades de su pueblo,
21. y les dijeron:—Los hijos de Jacob son gente muy amistosa. Dejemos que vivan en nuestro territorio, y que hagan negocios aquí. Todavía hay mucho espacio en nuestra tierra para ellos. Así podremos casarnos con sus mujeres, y ellos, con las nuestras.
22. Pero sólo aceptarán vivir con nosotros si nuestros hombres se circuncidan.
23. ¡Dejemos que se queden a vivir aquí! ¡Así todos sus ganados y todas sus riquezas serán para nosotros!
24. Las autoridades estuvieron de acuerdo con Jamor y con Siquem, y todos los varones se circuncidaron.
25. Pero Simeón y Leví, hermanos de Dina, fueron al pueblo tres días después. Espada en mano atacaron por sorpresa a todos los hombres circuncidados y los mataron, pues ninguno pudo defenderse por los dolores que tenían.
26. Luego de matar a Jamor y a Siquem, sacaron a Dina de la casa. Antes de marcharse,
27-29. pisotearon los cadáveres y robaron todo lo que había en el pueblo. Se llevaron ovejas, vacas y burros, y todo lo que encontraron a su paso en el pueblo y en el campo. También entraron a las casas y las robaron, llevándose además todas sus riquezas, sus mujeres y sus niños. Así vengaron la violación de su hermana Dina.
30. Jacob reprendió a Simeón y a Leví:—Con lo que han hecho, ustedes me han traído muchos problemas. Ahora los cananeos y los ferezeos no van a querer ni verme. Nosotros somos pocos, y si la gente de esta tierra se une contra nosotros, acabarán por matarnos a todos.
31. Pero ellos le respondieron:—¡Pues Siquem no tenía por qué tratar a nuestra hermana como a una prostituta!