8. Un día, Abimélec estaba mirando desde su ventana, y vio que Isaac estaba acariciando a Rebeca.
11. Enseguida Abimélec le ordenó a todo el pueblo:—Cualquiera que moleste a este hombre o a su mujer, será condenado a muerte.
12. Ese mismo año, Dios le dio a Isaac una cosecha tan abundante, que produjo cien veces más de lo que había sembrado en aquella tierra.
13. Así ganó Isaac mucho dinero, y llegó a ser muy rico y poderoso.
14. Llegó a tener tantas ovejas y vacas, y tantos sirvientes, que despertó la envidia de los filisteos.
15. Por eso los filisteos taparon con tierra todos los pozos que Abraham había mandado abrir.
16. Hasta Abimélec llegó a decirle: «Vete de aquí, pues ya eres más poderoso que nosotros».