23. ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto.
24. Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos.
25. Si el Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecerlo en todo.
26. No seamos orgullosos, ni provoquemos el enojo y la envidia de los demás por creernos mejores que ellos.