10. En cuanto entré, pude ver toda clase de reptiles y de animales asquerosos, pintados sobre la pared. También estaban pintados todos los repugnantes ídolos de los israelitas.
11. Pude ver también que los setenta jefes de los israelitas estaban adorando a esos ídolos. Entre los jefes estaba Jaazanías hijo de Safán. El olor a incienso era muy fuerte, pues cada uno de los jefes tenía un incensario en la mano.
12. Entonces Dios me dijo:«Mira a los jefes de Israel. ¡Allí los tienes, cada uno adorando en secreto a su propio ídolo! Ellos creen que he abandonado el país, y por eso piensan que no los veo.
13. Pero esto no es todo; todavía vas a ver cosas peores».
14. De allí me llevó a la entrada norte de su templo. Allí vi sentadas unas mujeres que lloraban por el dios Tamuz.
15. Entonces Dios me dijo: «¿Ves esto? Pues todavía vas a ver cosas peores».