1. Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día primero del mes de Siván, Dios me dijo:
2. «Ezequiel, hombre mortal, diles de mi parte al rey de Egipto y a toda su gente:“¡Tu grandeza es incomparable!
3. Pareces un cedro del Líbano,cubierto de abundantes ramas.¡Con ellas tocas el cielo!
4. La lluvia y el agua del suelote han hecho crecer;los ríos que te rodeante riegan con sus corrientes,como a los árboles del bosque.
5. ”Eres el árbol más alto;con ramas altas y abundantes,pues tienes agua en abundancia.
6. A ti vienen todas las nacionesen busca de protección;se parecen a los pájaros:hacen nidos en tus ramas;son como los animales salvajes:buscan la protección de tu sombra.
15-16. ”Yo soy el Dios de Israel, y quiero que sepas una cosa: El día que mueras y caigas hasta el fondo de la tumba, haré que el mar profundo se quede seco, y que los ríos y los arroyos dejen de correr. ¡Todos los árboles del campo, y hasta las montañas del Líbano se marchitarán de tristeza!”Cuando llegue ese día, será tan fuerte tu caída que, al oír el ruido, las naciones temblarán de miedo. Allí, en lo más profundo de la tierra, los árboles de mi jardín lanzarán un suspiro de alivio, lo mismo que los árboles más bellos de los bosques del Líbano.