1. Habían pasado nueve años desde que llegamos presos a Babilonia. Era el día diez del mes de Tébet cuando Dios me dijo:
7. ¡Estás toda manchada de sangre!A la gente que matastela estrellaste contra las rocas;¡no dejaste que esa sangrela absorbiera la tierra!
8. Pero yo dejaré que la sangrese seque sobre la roca desnuda.Así podré verla siempre,y no se calmará mi enojohasta que haya hecho justicia.
11. Pon sobre el fuego la olla vacía,para que el cobre se caliente.Así se pondrá al rojo vivo,y el óxido se le quitará.
12. ¡Aunque es tanto el óxido que tieneque ni con fuego se le quitará!
13. ”Tú, Jerusalén, eres como una olla oxidada. Tienes tan pegado tu pecado, que aunque quise limpiarte no quedaste limpia. Sólo quedarás limpia después de que te haya castigado.