1. Dios también me dijo:
2. «Ezequiel, hombre mortal, declara culpable a esa ciudad asesina. ¡Échale en cara todas sus repugnantes maldades!
3-5. Dile de mi parte lo siguiente:“¡Te llegó la hora, ciudad de Jerusalén! ¡Pronto serás castigada! Has matado a tus habitantes, y te has rebajado al adorar a esos ídolos malolientes que tú misma has fabricado. Por eso voy a dejar que todos los pueblos y naciones se burlen de ti. Te has ganado la fama de ser una ciudad corrupta y llena de ídolos.
6. Tus gobernantes abusan de su poder y asesinan a cuantos pueden.
7. Tus habitantes no respetan ni a su padre ni a su madre, oprimen a las viudas y a los huérfanos, y maltratan a los extranjeros refugiados.
8. Para colmo, no me adoran en sábado ni respetan los lugares sagrados.
9. ”Hay quienes son culpables de la muerte de otros por haberlos acusado falsamente. Hay también quienes hacen fiestas en honor de los ídolos, y allí cometen las peores maldades.
20-22. como se juntan dentro del horno los metales. Estoy tan enojado con ellos que los juntaré, y atizaré el fuego de mi enojo, y los fundiré en medio de la ciudad como si fueran metal. Así, cuando haya descargado mi enojo sobre ellos, reconocerán que yo soy el Dios de Israel».