2-3. «Ezequiel, hombre mortal, habla con los habitantes de Jerusalén y hazles entender que me repugna su conducta. Dales de mi parte el siguiente mensaje:“La ciudad de Jerusalén fue fundada en Canaán. Antes fue habitada por los amorreos y los hititas. ¡Desde sus inicios es una ciudad malvada!
6. ”Yo pasaba por ahí y la vi en el suelo, revolcándose en su propia sangre. Parecía una niña abandonada. Pensé que merecía una oportunidad,
7. y la ayudé a crecer. La ciudad creció; fue como ver a la niña convertirse en una joven muy hermosa. Le crecieron los pechos, y le salió el vello de mujer. Aun así, estaba totalmente desnuda.
20-21. ”Pero no le bastó con portarse como una ciudad cualquiera. Sus habitantes tomaron a sus hijos y a sus hijas, y los quemaron como ofrenda en honor de esos ídolos.
22. Esta ciudad cayó tan bajo en sus prácticas repugnantes que parecía una prostituta. Me traicionó con cualquiera, y se olvidó que fui yo quien la aceptó cuando todos la despreciaron. En aquel tiempo parecía un bebé abandonado en el suelo, revolcándose en su propia sangre.
23. ”¡Jerusalén, qué lástima me das! ¡Yo soy quien te lo dice! Para colmo de todos tus males,