1-3. Mi nombre es Ezequiel hijo de Buzí, y soy sacerdote. Fui llevado prisionero a Babilonia, junto con el rey Joaquín y muchos otros israelitas. Cinco años después, Dios me habló y me hizo sentir su poder y me permitió ver algunas cosas que iban a suceder. Estaba yo junto al río Quebar. Era el día cinco del mes de Tamuz del año treinta.Ese día pude ver que el cielo se abría
4. y que se aproximaba una gran tormenta. Un fuerte viento soplaba desde el norte y trajo una nube muy grande y brillante. De la nube salían relámpagos en todas direcciones, y de en medio de la nube salía un fuego que brillaba como metal pulido.
5. Luego salieron cuatro seres muy extraños.
15. Mientras yo los miraba, vi que en el suelo había una rueda junto a cada uno de ellos.
16. Las cuatro ruedas eran iguales, y brillaban como las piedras preciosas. Todas ellas estaban entrelazadas, como si formaran una estrella.
17. Eso les permitía girar en cualquier dirección, sin tener que volver atrás.
18. Pude ver también que los aros de las cuatro ruedas tenían ojos alrededor. Eso me llenó de miedo.