1. Entonces Dios le dijo a Moisés:«Ve a hablar con el rey de Egipto, y dile de mi parte que los deje ir al desierto para que me adoren.
10-11. —¡Que se vayan mañana mismo! —contestó el rey.—Pues así se hará —dijo Moisés—. Mañana mismo se irán y se quedarán sólo en el río. Ya no molestarán más a los egipcios. Así sabrá Su Majestad que no hay otro Dios como el Dios de Israel.