Éxodo 32:15-16-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

2. Aarón les contestó:—Para eso necesito oro. Así que tráiganme las joyas que llevan puestas sus esposas, sus hijos y sus hijas.

3. Ellos se las llevaron a Aarón,

4. y él las tomó y las fundió, y trabajó el oro hasta darle la forma de un toro. Al verlo, el pueblo dijo: «¡Israel, aquí tienes a tu Dios que te sacó de Egipto!»

5. Cuando Aarón vio esto, le construyó un altar al toro, y le anunció al pueblo: «¡Mañana tendremos una fiesta en honor de nuestro Dios!»

6. Al día siguiente, todos se levantaron muy temprano y ofrecieron en el altar sacrificios y ofrendas para pedir perdón a Dios. Después de comer y beber, se pusieron a bailar.

15-16. Moisés comenzó a bajar de la montaña del Sinaí. En sus manos llevaba las dos tablas de piedra que Dios mismo había preparado, y en las que había escrito la ley por ambos lados.

17. Cuando Josué oyó los gritos de la gente, le dijo a Moisés:—Se oyen gritos de guerra en el campamento.

18. Pero Moisés le contestó:—También yo escucho las canciones, pero no son de victoria ni de derrota.

19. Cuando Moisés llegó al campamento vio a la gente bailando. Al ver al toro, se enojó tanto que allí mismo, al pie de la montaña, arrojó contra el suelo las tablas de la ley y las hizo pedazos.

20. Luego fue y echó el toro al fuego, lo molió hasta hacerlo polvo, y mezcló el polvo con el agua. Entonces les dijo a los israelitas: «¡Ahora, beban!»

21. Después de eso, le reclamó a Aarón:—¿Qué daño te ha hecho este pueblo, para que lo hagas pecar de manera tan terrible?

22. Aarón le contestó:—Por favor, no te enojes conmigo. Tú bien sabes que a este pueblo le gusta hacer lo malo.

23. Ellos me pidieron que les hiciera un dios que los guiara y protegiera, porque no sabían lo que había pasado contigo.

24. Entonces les pedí oro y ellos me lo trajeron. Yo tan sólo eché el oro al fuego, ¡y salió este toro!

25. Moisés se dio cuenta de que los israelitas no tenían quién los dirigiera, pues Aarón no había sabido controlarlos. También se dio cuenta de que los enemigos del pueblo se burlarían de ellos,

Éxodo 32