3. Les decían: «Ustedes nos han traído a este desierto para matarnos de hambre. Hubiera sido mejor que Dios nos quitara la vida en Egipto. Allá por lo menos teníamos ollas llenas de carne, y podíamos sentarnos a comer hasta quedar satisfechos».
9. Después de esto, Moisés le ordenó a Aarón que reuniera a todos los israelitas para que se presentaran ante Dios, pues él ya había escuchado todas sus quejas.
10. Mientras Aarón estaba hablando con los israelitas, vieron de pronto una nube en el desierto. ¡Era Dios mismo, que se apareció en medio de una nube muy brillante!
11. Y Dios le dijo a Moisés:
12. «Ya he oído cómo se quejan los israelitas, pero diles que ahora van a saber quién es su Dios. Por la tarde les daré a comer carne, y por la mañana les daré a comer pan».
15. Como los israelitas nunca habían visto nada parecido, se preguntaban qué cosa era. Moisés les dijo: «Éste es el pan con que Dios los va a alimentar.
16. Él ordena que cada uno recoja unos dos kilos por persona. Eso será suficiente para cada uno. Nadie debe recoger más de lo necesario».
17. Los israelitas hicieron lo que Dios había ordenado. Unos recogieron mucho y otros poco;
18. pero al medirlo, ni le sobró al que recogió mucho, ni le faltó al que recogió poco.