1-2. Moisés continuó diciendo:«Todos los israelitas van a tener sus propias tierras, pero no así los sacerdotes; es decir, los de la tribu de Leví. Dios ha decidido cuidar de ellos y darles siempre todo lo que necesiten. Así que ellos tomarán sus alimentos de todas las ofrendas que los israelitas le presenten a Dios.
3. »Los sacerdotes podrán comer la carne de los toros y los corderos que se ofrezcan a Dios, pero de ellos sólo podrán comer la espaldilla, la quijada y una parte de la barriga.
4. Además, podrán tomar del trigo de las primeras cosechas, y del vino y del aceite, y también podrán utilizar la primera lana que se corte de las ovejas.
5. Nuestro Dios ha elegido a la tribu de Leví y a todos sus descendientes, para que se encarguen de los cultos en su honor.
6. »Si algún sacerdote siente el deseo de ir al Santuario, y abandona su propia ciudad, no se lo impidan.
15-17. »Un día, nuestro Dios escogerá de entre ustedes a un hombre, que será profeta como yo. Cuando estábamos en el monte Horeb, ustedes me dijeron que no querían escuchar la voz de Dios, ni ver el fuego desde donde Dios hablaba, pues no querían morir. Pues bien, nuestro Dios les dará el profeta que pidieron, y ustedes deberán obedecerlo en todo.