4. Si yo gobernara este país, los atendería y les haría justicia.
5. Además, a los que se acercaban a saludarlo y se inclinaban ante él, Absalón los levantaba, los abrazaba y los besaba.
6. Y así lo hacía con todos los que iban a ver al rey. De esa manera, fue ganándose a la gente.
12. Mientras Absalón presentaba sus ofrendas a Dios, mandó llamar a Ahitófel, que era uno de los consejeros de David y vivía en la ciudad de Guiló. Mientras tanto, cada día era más la gente que se unía a Absalón, de modo que la rebelión contra David fue cobrando fuerza.
13. Un mensajero fue a decirle a David: «Absalón se está ganando la simpatía de todos los israelitas, y ahora ellos lo apoyan».
14. Entonces David le dijo a todos los asistentes y consejeros que estaban con él en Jerusalén:—Vámonos de aquí, pues de lo contrario ya no podremos escapar. En cualquier momento Absalón va a atacar la ciudad, y nos matará.
15. Sus asistentes le dijeron:—Nosotros estamos a las órdenes de Su Majestad.
18. Primero pasaron los quereteos, seguidos de los peleteos y de seiscientos geteos. Todos estos soldados filisteos habían seguido a David desde Gat.
21. Pero Itai le contestó:—Juro por Dios y por la vida de Su Majestad, que a donde usted vaya iré yo. Aunque me cueste la vida, yo estoy al servicio de Su Majestad.
22. Al oír esto, David dejó que los acompañara.