7. ¡Sean valientes, no dejen de obedecer a Dios, y él les dará su recompensa!»
8. Cuando Asá escuchó al profeta, tuvo el valor de destruir los horribles ídolos que había en todo el territorio de Judá y de Benjamín, y en las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín. Al mismo tiempo, reparó el altar de Dios que estaba frente a la entrada del templo.
9. Después Asá mandó llamar a toda la gente de las tribus de Judá y de Benjamín. Y como en su territorio vivían muchos de las tribus de Efraín, de Manasés y de Simeón, también ellos respondieron al llamado del rey. Éstos se habían unido a Asá porque se dieron cuenta de que Dios lo ayudaba en todo.
10. El mes de Siván del año quince del reinado de Asá llegaron todos a Jerusalén,
11. y ese día le ofrendaron a Dios setecientas reses y siete mil ovejas, que antes le habían quitado a sus enemigos.
16. Asá le quitó a su abuela Maacá su autoridad de reina madre, porque ella había hecho una imagen de la diosa Astarté. El rey Asá destruyó esa imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón.
17. Y aunque no todos los pequeños templos de las colinas se destruyeron, Asá fue fiel a Dios durante toda su vida.
18. También llevó al templo todos los objetos de oro y plata que tanto él como su padre le habían prometido a Dios.
19. Y no hubo guerras hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.