1. Salomón, el hijo de David, se convirtió en un rey muy poderoso, gracias a la ayuda de Dios.
7. Esa noche, Dios se le apareció a Salomón y le dijo:—Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.
11. Entonces Dios le respondió a Salomón:—Lo normal hubiera sido que me pidieras mucho dinero, poder y fama; o que te permitiera vivir por muchos años y destruyera a todos tus enemigos. Sin embargo, has pedido sabiduría e inteligencia para reinar sobre mi pueblo.
12. »Por eso, te concedo tu deseo, y además te haré el rey más rico, poderoso y famoso que haya existido. Nadie podrá igualarte jamás.
13. Después de esto, Salomón salió del santuario y partió de Gabaón hacia Jerusalén, donde reinó sobre todo Israel.
14. Salomón reunió mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes. Algunos estaban en los cuarteles de carros de guerra, y otros formaban su guardia personal en Jerusalén.
15. Era tan rico que en Jerusalén había plata y oro por todas partes, y abundaban los árboles de madera fina, como los árboles comunes en la llanura.