1. No decimos todo esto para hablar bien de nosotros mismos. Tampoco necesitamos presentarles cartas que hablen bien de nosotros, ni les pedimos que ustedes las escriban para que se las presentemos a otros. Algunos sí las necesitan, pero nosotros no.
4. Por medio de Cristo, Dios nos asegura que todo eso es cierto.
5. Pero nosotros no somos capaces de hacer algo por nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo.
6. Ahora Dios nos ha preparado para que anunciemos a todos nuestro nuevo compromiso con él. Este nuevo compromiso no se apoya en la ley, sino en el Espíritu de Dios. Porque la ley condena a muerte al pecador, pero el Espíritu de Dios da vida.
10. ¡Y eso es mucho más grandioso que lo que hace la ley!
11. Y si fue gloriosa la ley que iba a desaparecer, mucho más gloriosa es la buena noticia que anuncia la salvación eterna.