17. Saúl reconoció la voz de David, y dijo:—David, ¿eres tú el que habla?Y David le contestó:—Sí, mi señor y rey; soy yo.
18. ¿Por qué me persigue usted? ¿Qué mal he cometido? ¿De qué se me acusa?
19. »Yo le suplico a mi señor y rey que me escuche. Si es Dios quien ha puesto a Su Majestad en mi contra, espero que él me perdone y acepte mi ofrenda; pero si es una cuestión de los hombres, que Dios los maldiga. Porque me están arrojando de esta tierra de Dios, y así me obligan a adorar a otros dioses.