1. Los filisteos atacaron la ciudad de Queilá y se llevaron el trigo recién cosechado. Cuando David lo supo,
2. le preguntó a Dios:—¿Debo ir a atacar a los filisteos?Y Dios le contestó:—Ve y atácalos. Salva a la ciudad de Queilá.
3. Sin embargo, los hombres que andaban con David le aconsejaron:—No vayas. Si estando aquí en Judá, que es nuestra tierra, tenemos miedo, con mayor razón si vamos a Queilá y atacamos al ejército filisteo.
4. David volvió a preguntarle a Dios si debía ir o no, y Dios le contestó: «Ya te dije que vayas, pues yo te ayudaré a derrotar a los filisteos».
5. David fue con sus hombres a Queilá y peleó contra los filisteos. Los venció y les quitó sus rebaños. Así salvó a la gente de Queilá.
19-20. En otra ocasión, algunas personas de Zif fueron a Guibeá y le dijeron a Saúl:—David está escondido en nuestra tierra, en las cuevas de Hores. Cuando Su Majestad quiera venir, se lo entregaremos. Está en el cerro de Haquilá, al sur del desierto.
24-25. Aquellas personas regresaron a Zif, y Saúl y sus hombres se fueron tras ellas para buscar a David.David y su gente estaban al sur del desierto de Maón. Cuando David supo que Saúl lo buscaba, bajó a la roca que estaba en el desierto de Maón.Saúl supo dónde estaba David, y fue a perseguirlo.