4. —Sólo tengo el pan que usamos en el santuario —le contestó el sacerdote—. Te lo puedo dar, siempre y cuando ni tú ni tus hombres hayan tenido relaciones sexuales.
5. —No te preocupes —respondió David—, que ni siquiera cuando salimos a un viaje de rutina tenemos relaciones sexuales con nuestras esposas, mucho menos ahora.
6. Como el sacerdote no tenía ninguna otra clase de pan, le dio a David el que se ofrendaba a Dios. Era el pan que acababan de quitar del altar para poner uno nuevo y caliente.
10. David siguió huyendo de Saúl, y de allí se fue a Gat, que era una ciudad filistea. Cuando llegó allá,
11. lo llevaron ante el rey Aquís, a quien sus consejeros le dijeron: «Éste es David, el rey de esta tierra, de quien habla la canción: “Saúl mató a mil soldados, pero David mató a diez mil”».
12. Cuando David supo esto, tuvo mucho miedo de que el rey Aquís fuera a hacerle daño.
13. Entonces empezó a rasguñar los portones de la ciudad y a babear, como si estuviera loco.
14. Aquís les reclamó a sus consejeros: «¿Para qué me trajeron a este loco?
15. ¡Ya tengo en mi palacio suficientes locos, como para que me traigan otro más!»