53. Tú elegiste a tu pueblo de entre todas las otras naciones. ¡Somos tuyos! Así lo dijiste por medio de Moisés, cuando sacaste de Egipto a nuestros antepasados».
54. Salomón hizo esta oración ante el altar del templo, de rodillas y con las manos en alto. Cuando terminó de orar,
55. se puso de pie y bendijo a todo el pueblo de Israel. En voz alta dijo:
56. «Grande es Dios, que le dio paz a su pueblo Israel, cumpliendo así todo lo que prometió. No ha dejado de cumplir ni una sola de las promesas que nos dio por medio de Moisés.
57. »¡Pidamos a nuestro Dios que esté con nosotros como estuvo con nuestros antepasados! ¡Que no nos abandone!
58. ¡Que ponga en nosotros el deseo de obedecer sus mandamientos!
59. ¡Que nuestro Dios siempre tenga presente todo lo que hoy le hemos pedido! ¡Que nos ayude de acuerdo a nuestras necesidades de cada día!
60. De esta manera, todas las naciones de la tierra sabrán que no hay otro Dios aparte del Dios de Israel.
61. »Todos ustedes, pueblo de Israel, entréguense totalmente a nuestro Dios, y obedezcan todos sus mandamientos, como lo están haciendo hoy».
62. Después, el rey y todo el pueblo de Israel mataron animales para ofrecérselos a Dios.
63. Salomón le presentó a Dios una gran cantidad de toros y ovejas, como una ofrenda de paz.Así fue como el rey y todo el pueblo de Israel le dedicaron el templo a Dios.