23. Entonces Salomón dijo:—Una de ustedes dice: “Mi hijo está vivo, y el tuyo muerto”. Y la otra contesta: “No, el niño muerto es el tuyo, y el mío es el que está vivo”.
24. Salomón se dirigió a sus ayudantes y les pidió que trajeran una espada. Cuando se la llevaron,
25. Salomón ordenó:—Corten al niño vivo en dos mitades, y denle una mitad a cada mujer.
26. Entonces la verdadera madre, llena de angustia, gritó:—¡Por favor, Su Majestad! ¡No maten al niño! Prefiero que se lo den a la otra mujer.Pero la otra mujer dijo:—¡Ni para ti ni para mí! ¡Que lo partan en dos!