1-2. No había llovido en tres años, y en Samaria todos estaban pasando mucha hambre, pues no había alimentos. Finalmente, Dios le dijo a Elías: «Ve y habla con Ahab, pues voy a hacer que llueva».Elías fue a ver a Ahab.
3. Por aquellos días Ahab tenía un mayordomo llamado Abdías, el cual adoraba a Dios fielmente.
4. Cuando Jezabel comenzó a matar a los profetas de Dios, Abdías tomó a cien de ellos, los dividió en dos grupos de cincuenta, los escondió en dos cuevas y allí los alimentó con pan y agua.
5. Ahab le dijo a Abdías: «Vamos a recorrer todo el país en busca de ríos o manantiales. Tal vez encontremos pasto para los caballos y las mulas, y así los mantendremos con vida. Si no encontramos nada, nuestros animales morirán».
6. Entonces se dividieron el país. Ahab fue a recorrer una parte y Abdías la otra.
7. Mientras Abdías recorría el país, se encontró con Elías. Al reconocerlo, se inclinó delante de él en señal de respeto, y le dijo:—¡Profeta Elías, estoy para servirle!
8. Elías le contestó:—¿Así que sabes quién soy? Entonces ve y dile al rey que estoy aquí.
13. ¿Acaso no le han contado lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas de Dios? Yo escondí a cien profetas. A cincuenta los puse en una cueva, y a los otros cincuenta los puse en otra. Después los alimenté con pan y agua.
14. ¡Y ahora me pide que vaya y le diga al rey que usted está aquí! ¡Si viene y no lo encuentra, me matará!
15. Entonces Elías le contestó:—Te juro por el Dios todopoderoso, a quien sirvo, que hoy me reuniré con el rey.
16. Abdías fue a buscar a Ahab y le dijo lo que Elías le había encargado. Después Ahab fue a buscar a Elías,
17. y cuando lo encontró le dijo:—¿Así que eres tú el que trae tantos problemas sobre Israel?