5. Además, el altar se hizo pedazos y las cenizas que había sobre él se esparcieron. Así se cumplió lo que el profeta había dicho de parte de Dios.
6. Entonces el rey le dijo al profeta:—Por favor, ora por mí a tu Dios. Pídele que me sane el brazo.El profeta rogó a Dios, y el brazo del rey sanó.
7. Entonces el rey le dijo al profeta:—Quiero que vengas a mi casa a comer. Voy a darte un regalo.
8. Pero el profeta le contestó:—Aunque me des la mitad de tu palacio, no iré. Tampoco comeré o beberé en este lugar,
9. porque Dios me ordenó: “No comas pan, no bebas agua, ni vuelvas por el mismo camino”.
10. El profeta se fue por otro camino, distinto del que había usado para ir a Betel.
11. En ese tiempo vivía en Betel un anciano que era profeta. Sus hijos fueron y le contaron todo lo que el profeta de Judá había hecho ese día en Betel, y lo que le había dicho al rey.
12. El anciano profeta le preguntó a sus hijos por cuál camino se había marchado el profeta de Judá.
13. Luego les ordenó que le alistaran su burro y, cuando estuvo listo, se montó sobre el animal
14. y se fue a buscar al profeta de Judá. Lo encontró sentado debajo de un árbol grande, y le preguntó:—¿Eres tú el profeta que vino de Judá?Él le contestó:—Sí, soy yo.
15. Entonces el anciano le dijo:—Ven a mi casa, y te daré de comer.