19. entonces se fue con él, comió pan y bebió agua en su casa.
20-21. Pero cuando estaban comiendo, Dios le habló al anciano profeta. Luego el anciano le dijo al profeta de Judá:—Dios dice que tú desobedeciste sus órdenes,
22. pues has vuelto, y has comido y bebido cuando él te lo había prohibido. Por eso, cuando mueras no serás enterrado en la tumba de tus antepasados.
23. El profeta de Judá terminó de comer y de beber, y el anciano profeta le preparó el burro.
24. El profeta de Judá se fue, pero en el camino un león lo atacó y lo mató. Su cuerpo quedó tirado en el camino, pero el burro y el león permanecieron a su lado.
25. Al rato unos hombres pasaron por ahí, y vieron el cuerpo del profeta tirado en el camino y al león a un lado. Entonces fueron a la ciudad donde vivía el anciano profeta y le contaron lo que habían visto.
26. Cuando el anciano escuchó todo, dijo:—Ése es el profeta que desobedeció a Dios. Por eso Dios dejó que un león lo atacara, y éste lo ha despedazado y matado. Así se cumplió lo que Dios le dijo.
27. Después el anciano profeta les pidió a sus hijos que le prepararan el burro,
28. y se fue a buscar el cuerpo del hombre muerto. Lo encontró tirado en el camino, y junto a él estaban el burro y el león. El león no se había comido el cuerpo del hombre muerto ni despedazado al burro.