5-7. Adonías, el hijo que David había tenido con Haguit, era un joven bien parecido. Había nacido poco después que su hermano Absalón. David nunca había corregido a Adonías ni le había preguntado por qué hacía esto o aquello. Y así, Adonías comenzó a presumir de que él sería el próximo rey de Israel. Preparó carros de combate, soldados de caballería y cincuenta guardaespaldas que lo protegieran. Además, buscó el apoyo del sacerdote Abiatar y de Joab, que era el jefe del ejército, e hizo un trato con ellos. La madre de Joab se llamaba Seruiá.
47. y todos los funcionarios del reino han ido a felicitarlo. Todos le decían: “¡Que Dios haga el reino de Salomón más grande que el de David!”»El rey David se arrodilló junto a su cama y adoró a Dios,
48. diciendo: “¡Bendito sea el Dios de Israel, que me permitió ver a uno de mis hijos sentado en mi trono!”
49. Entonces todos los invitados de Adonías se asustaron, y cada uno se fue huyendo.
50. Adonías, por su parte, tuvo miedo de Salomón, y fue a refugiarse al santuario, y allí se agarró de los cuernos del altar.
51. Alguien le informó a Salomón:—¡Majestad! Adonías tiene miedo de usted, y se ha refugiado en el santuario. Ha suplicado que usted le jure no matarlo.