9. El rey David y todo el pueblo estaban muy contentos porque todos dieron con sinceridad.
10. Y aprovechando que tenía al pueblo reunido, David bendijo a Dios con estas palabras:«¡Bendito seas, Dios de Israel;Dios de nuestro antepasado Jacob;bendito seas para siempre!
11. »¡Dios mío, a ti te pertenecenla grandeza y el poder,la gloria, el dominio y la majestad!Porque todo lo que existe es tuyo.¡Tú reinas sobre todo el mundo!
12. »Tú das las riquezas y el honor,y tú dominas a todas tus criaturas.Tuyos son el poder y la fuerza,y das grandeza y poder a todos.
13. »Por eso es que hoy, Dios nuestro,te damos gracias,y alabamos tu nombre glorioso.
17. Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso me da una gran alegría saber que tu pueblo y yo te hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.
18. »Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac y Jacob: haz que tu pueblo tenga siempre esta manera de pensar y de sentir, y que te ame con todo el corazón.
19. Y te pido que le des a mi hijo Salomón el profundo deseo de obedecer y poner en práctica todos tus mandamientos; también te pido que le permitas construir el templo con estos materiales que he reunido».
20. Cuando terminó, David le dijo al pueblo: «¡Bendigan y alaben a Dios!» Entonces todo el pueblo, inclinándose ante Dios y ante el rey, bendijo y alabó al Dios de sus antepasados.
21. Al día siguiente le presentaron a Dios, en nombre de todo Israel, muchísimos animales para sacrificarlos y quemarlos en su honor: mil toros, mil carneros y mil corderos, con sus ofrendas de vino.
22. Ese día derramaron aceite sobre la cabeza de Salomón, para nombrarlo sucesor del rey David; lo mismo hicieron con Sadoc, para nombrarlo sacerdote. Ésa fue la segunda ocasión en que todo el pueblo reconoció a Salomón como su rey, y todos comieron y bebieron con mucha alegría delante de Dios.
25. Dios hizo que Salomón fuera grande, poderoso y famoso ante su pueblo, como no lo fue ningún otro rey de Israel.