1. David ya vivía tranquilo en su palacio, cuando le dijo al profeta Natán:—No está bien que yo viva en un palacio de maderas finas, mientras el cofre del pacto de Dios todavía está en una carpa.
2. Natán le contestó:—Haz lo que creas conveniente, pues Dios te apoya en todo.
3. Sin embargo, Dios le habló a Natán esa misma noche, y le dijo:
4. «Ve y dile de mi parte a David lo siguiente: “David, no serás tú quien me construya una casa.
7. ”Yo soy el Dios todopoderoso. Yo soy quien te puso al frente de mi pueblo cuando eras un simple pastor de ovejas.
8. Yo soy quien siempre te ha cuidado, y te ha ayudado a derrotar a tus enemigos. Y soy también quien te hará muy famoso en este mundo.
15. Entonces Natán fue y le dio el mensaje a David.
16. El rey David fue a la carpa donde estaba el cofre del pacto, se sentó delante de Dios, y le dijo:«Mi Dios, ¿cómo puedes darme todo esto si mi familia y yo valemos tan poco?
17. ¿Y cómo es posible que prometas darme aún más, y que siempre bendecirás a mis descendientes? Me tratas como si fuera yo alguien muy importante.
18. ¿Qué más te puedo decir Dios mío, por haberme honrado así, si tú me conoces muy bien?
19. »Tú me dejas conocer tus grandes planes, porque así lo has querido.