1. Ahora quiero hablarles acerca del dinero que van a dar para ayudar a los del pueblo de Dios en Jerusalén. Hagan lo mismo que les dije a las iglesias de la región de Galacia.
2. Es decir, que cada domingo, cada uno de ustedes debe apartar y guardar algo de dinero, según lo que haya ganado. De este modo no tendrán que recogerlo cuando yo vaya a verlos.