8. De ese modo no dejarán de confiar en él y, cuando Jesús llegue, nadie los acusará de haber hecho algo malo.
9. Dios los eligió a ustedes para que compartan todo con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, y él siempre cumple su palabra.
12. Mientras que algunos dicen: «Yo soy seguidor de Pablo», otros dicen: «Yo no, yo soy seguidor de Apolo.» Y hay otros que responden: «Pues yo soy seguidor de Pedro», y aun otros dicen: «Yo sigo a Cristo.»
13. ¡Pero no hay tal cosa como un Cristo dividido! Además, no fui yo el que murió en la cruz para salvarlos a ustedes. Ni fueron ustedes bautizados en mi nombre. Así que no tienen por qué formar un grupo de seguidores míos.
17. Y es que Cristo no me mandó a bautizar, sino a anunciar la buena noticia. Y no me mandó a anunciarla con palabras elegantes. Si yo hago que la gente se fije más en mí que en Cristo, su muerte en la cruz no servirá de nada.
18. Hay quienes piensan que hablar de la muerte de Cristo en la cruz es una tontería. Pero los que así piensan no se salvarán, pues viven haciendo el mal. Sin embargo, para los que sí van a salvarse, es decir, para nosotros, ese mensaje tiene el poder de Dios.