Proverbios 8:32-36 Sagradas Escrituras 1569 (SEV)

32. Ahora, pues, hijos, oídme; y bienaventurados los que guardaren mis caminos.

33. Escuchad al castigo, y sed sabios; y no lo menospreciéis.

34. Bienaventurado el hombre que me oye, trasnochando a mis puertas cada día, guardando los umbrales de mis entradas.

35. Porque el que me hallare, hallará la vida; y alcanzará la voluntad del SEÑOR.

36. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen, aman la muerte.

Proverbios 8