12. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
13. Porque los que bien ministraren, ganan para sí buen grado, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
14. Esto te escribo con la esperanza que iré presto a ti;
15. y si no fuere tan presto, para que sepas cómo convenga conversar en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Dios viviente, columna y base de La verdad.