1. «Masquil de Asaf» ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué humea tu furor contra las ovejas de tu prado?
2. Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, la vara de tu heredad, la cual redimiste; este monte de Sión, donde has habitado.
3. Levanta tus pies a los asolamientos eternos; a toda la maldad que el enemigo ha hecho en el santuario.