13. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios;
14. cuya boca está llena de maldición y de amargura;
15. sus pies, prestos para derramar sangre;
16. destrucción y miseria hay en sus caminos;
17. y el camino de paz no han conocido.
18. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
19. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están bajo la ley lo dice; para que toda boca se tape, y todo el mundo sea hallado culpable delante de Dios.
20. Por tanto, por las obras de la ley ninguna carne será justificada delante de Él; pues por la ley es el conocimiento del pecado.
21. Mas ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios es manifestada, siendo testificada por la ley y los profetas;
22. la justicia de Dios que es por la fe de Jesucristo, para todos y sobre todos los que creen; porque no hay diferencia;
23. por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
24. siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús;
25. a quien Dios ha puesto en propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia por la remisión de los pecados pasados, en la paciencia de Dios,
26. para manifestar su justicia en este tiempo; para que Él sea justo, y el que justifica al que cree en Jesús.
27. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No, sino por la ley de la fe.
28. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
29. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.
30. Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe, a los de la incircuncisión.
31. ¿Entonces invalidamos la ley por la fe? ¡En ninguna manera! Antes bien, confirmamos la ley.