22. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permaneciereis en su bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
23. Y aun ellos, si no permanecen en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
24. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
25. Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en vosotros mismos, que en parte el endurecimiento ha acontecido a Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
26. y así todo Israel será salvo; como está escrito: De Sión vendrá el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad.
27. Y éste es mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.
28. Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; mas en cuanto a la elección, son muy amados por causa de los padres.
29. Porque sin arrepentimiento son los dones y el llamamiento de Dios.
30. Porque como también vosotros en otro tiempo no creísteis a Dios, mas ahora habéis alcanzado misericordia por la incredulidad de ellos;
31. así también éstos ahora no han creído, para que por la misericordia de vosotros, ellos también alcancen misericordia.
32. Porque Dios encerró a todos en incredulidad, para tener misericordia de todos.
33. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
34. Porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?
35. ¿O quién le dio a Él primero, para que le sea recompensado?
36. Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por siempre. Amén.